Introducción
La
concepción que actualmente se tiene sobre las personas con discapacidad y las
actitudes que ante ellas se asumen están muy ligadas con la historia de la
sociedad y los sistemas de valores que en ella han imperado. Variando lo largo de la historia desde el rechazo
y el sometimiento hasta la dependencia y la sobreprotección que responden a una
concepción proteccionista y asistencial.
En
las últimas décadas, Costa Rica ha experimentado un creciente desarrollo en
materia de atención a las personas con discapacidad. A partir de la aprobación en 1996, de la ley
7600 “Igualdad de oportunidades para las personas con discapacidad” se intenta
eliminar la discriminación, permitirles un mayor acceso a programas y servicios
de educación, salud, recreación, entre otros. De esta forma, la ley asegura el
derecho de todas las personas a la educación sin importar su condición, en
igualdad de calidad y con los servicios de apoyo requeridos. Se intenta romper
con paradigmas anteriores y asegurar una vida digna, mediante la eliminación de
barreras, buscando la equiparación de oportunidades, la autonomía personal y no
la dependencia y la accesibilidad del entorno.
Ante
esta creciente integración de niños, niñas y jóvenes con necesidades especiales
a la escuela común, los educadores debemos estar preparados para trabajar con
apertura para la atención de las necesidades de todas las personas, basadas en
un diagnóstico serio que permita tomar acciones que ayuden al máximo desarrollo
del potencial de nuestros alumnos.
Este
trabajo se compone de dos ejes, el primero sobre la función y principios del
Diagnóstico Educativo, el segundo sobre la Educación Especial, inclusión y
exclusión educativa.
I.
Qué
es Evaluación Diagnóstica
Diagnóstico
Concepto, propósitos
y dimensiones.
El término diagnóstico
es utilizado en diversas ciencias como la medicina, la psicología y la
educación. Según Martínez (1993), el término proviene del griego “diagnosis” y
hace referencia a distinguir e identificar datos sobre una situación particular
para intervenir sobre ella.
En el caso del Diagnóstico
Educativo se busca información acerca del nivel de aprendizaje de los
estudiantes. Al respecto Torres (2011) indica que según el Reglamento de Evaluación de los
Aprendizajes, el diagnóstico consiste en detectar las características
cognitivas, socio afectivas y psicomotrices de los alumnos o grupos para
aplicar las estrategias pedagógicas correspondientes. Así mismo, esta autora indica que el diagnóstico permite la formulación
de hipótesis sobre las necesidades, habilidades, destrezas e intereses de los
estudiantes.
Siguiendo a Torres (2011), el diagnóstico aporta información
cualitativa y cuantitativa relevante sobre la situación integral del
estudiante. Para Martínez (1993), el diagnóstico educativo busca la
diferenciación individual para mejorar el aprendizaje. Sin embargo, esta autora
indica que para que un diagnóstico esté completo debería contar con datos sobre
los contextos más amplios en los que se desarrolla el estudiante, tales como el
grupo, la familia y la comunidad como agentes de socialización.
La información obtenida por medio del diagnóstico permite
orientar las acciones, ya sea de manera preventiva (para potenciar el
desarrollo) o correctiva (solución de problemas). Incluso torres (2011) indica
que el diagnóstico permite personalizar los objetivos, actividades o
metodologías del sistema educativo. Además, se aplica antes y durante el
desarrollo del proceso educativo.
Torres (2011) indica que los propósitos del diagnóstico
educativo son los siguientes:
“Establecer los objetivos, contenidos curriculares o
competencias, posibles de alcanzar dentro el contexto educativo de aula.
Revisar el planeamiento formulado y tomar las
decisiones que mejoren los resultados.
Comprobar el logro de los objetivos, contenidos
curriculares y competencias estudiados en el año lectivo anterior.
Ajustar una programación general a las necesidades y
características de los estudiantes, respetando la individualidad y la atención
a la diversidad.
Determinar cuantitativamente y cualitativamente el
crecimiento del estudiante en cuanto a los niveles cognoscitivos, socio
afectivos y psicomotores.
Conocer el contexto, los antecedentes del estudiante,
los datos referentes a la constitución familiar, a los niveles socioeconómico y
cultural, datos que pueden ser de utilidad en los primeros momentos para
comprender reacciones, adecuar estímulos o buscar apoyos” (Torres, 2011, pp.
6-7).
El diagnóstico
permite recoger información sobre distintas dimensiones las cuales se detallan
a continuación.
a)
Dimensión biológica
La dimensión biológica se refiere a la influencia genética y el funcionamiento
del cuerpo como organismo, su desarrollo y maduración. Según Torres (2011), en
esta dimensión se ubican los datos sobre el desarrollo y estado de salud físico
del estudiante, para determinar si existen enfermedades o problemas biológicos
que puedan afectar el desempeño educativo. Esta información se puede obtener
por medio de recopilación de una entrevista que aporte datos sobre la historia
prenatal, postnatal, el desarrollo del lenguaje, el desarrollo motor, el estado
de salud y las características del crecimiento en general.
b)
Dimensión psicológica
Para Torres (2011), la
dimensión psicológica del alumno abarca tres campos: las actitudes, los
intereses y la motivación, los cuales influyen en el desempeño académico. Según
esta autora, es importante conocer estos datos debido a que la actitud del
estudiante influye directamente en los resultados escolares, ya que influyen,
por ejemplo en avanzar más allá de los objetivos básicos. Los intereses abarcan
las áreas que más atraen al estudiante y se deben de conocer para asignar
trabajo optativo en las áreas que este considere más atractivas. Siguiendo la línea de la autora, conocer los
reforzadores que promueven la motivación en el estudiante permite estimular su
esfuerzo y dedicación.
c)
Dimensión cognitiva
La dimensión
cognitiva se relaciona con la capacidad para procesar información por medio de
la percepción y otras estrategias intelectuales. Abarca procesos como “la
interpretación de la realidad, la formación de conceptos, la demostración o la
resolución de problemas, el análisis y la síntesis” (Torres, 2011, p 8). Estas inciden en “la planificación y
ejecución de trabajos, la comparación de objetos, situaciones o ideas, la
clasificación, la ordenación y e incluso para la expresión original en sus
diversas manifestaciones y niveles” (Torres, 2011, p 8).
2. Educación Especial
2.1 Educación
especial
Según la Ley Fundamental
de la Educación Capítulo IV, la Educación Especial es la que se imparte los
estudiantes “cuyas características
físicas, metales, emocionales o sociales se aparten del tipo normal, con el
objeto de favorecer el desarrollo de sus capacidades y su incorporación a la
sociedad como elementos útiles”. Además, indica que requiere de métodos,
técnicas, materiales y funcionarios apropiados para aportar al estudiante y su
familia el mejor servicio. Sin embargo, esta definición no establece el tipo de
diferencias que presenta la población y se aboca más a niños con dificultades.
Por el contrario, Manzano
(2001), indica que la Educación Especial se dirige a sujetos excepcionales los
cuales, ya sea por presentar alguna discapacidad o ser más talentosos que la media, requieren
programas especiales. López (1997), coincide en que la Educación Especial está
destinada a niños con Necesidades Educativas Especiales, ya sea por tener algún
tipo de discapacidad o por tratarse de niños talentosos.
Por esta razón, me
parece que la definición que aporta Parrilla (1997) es importante de retomar,
pues indica que la Educación Especial es un acto didáctico orientado por las
características de los discentes. Al ser un acto didáctico, a la Educación Especial le interesan los
mismos conceptos que a la didáctica en general, es decir, la enseñanza, el aprendizaje, la instrucción, los
métodos, el profesor, el alumno, y las relaciones interpersonales entre ellos.
Estas definiciones son
importantes pues nos ayudan a construir un concepto de Educación Especial
centrado en los procesos y los apoyos que aporta para el desarrollo del máximo
potencial del alumno, no en las limitaciones o dificultades que este presenta.
Así, se alejan de la visión simplista que la caracteriza como la educación de
los alumnos que no se pueden adaptar o enriquecer del currículo ordinario.
2.2 Diversidad
La diversidad es el
valor de comprender la riqueza cultural, social, ideológica, sexual, económica
étnica entre otras que presentan los seres humanos. Aceptando que todas las
personas son distintas y por ende únicas y especiales. Según Muntaner (2000),
en las escuelas “encontramos el hecho empírico,
incuestionable, desde el propio sentido común, de que los ser es humanos, desde
el punto de vista biológico, psicológico, social y cultural, diferimos unos de
otros” (p, 3). Es decir, lo normal es la diferencia.
En el ámbito escolar,
existe toda esta variedad, ya sea por el contexto del que proviene el
estudiante o por la variedad de ritmos de aprendizaje y los resultados
académicos que obtienen los niños. Por lo tanto, la escuela debe asumir la diversidad, asegurando la equidad
para desarrollar las capacidades de los alumnos respetando sus características
y necesidades. En este sentido,
Esta ineludible e indiscutible realidad obliga a
replantear a la escuela y a la educación, muchos de los principios y de las
prácticas dominantes tradicionalmente a lo largo del tiempo. La diversidad de
los alumnos puede obviarse, esconderse y/o eliminarse, pero en cualquiera de estos
casos creara problemáticas nuevas y dificultades, sino se atiende
correctamente, desde el respeto, la tolerancia y la igualdad de oportunidades. (Muntaner,
2000, p 3).
2.3 Integración escolar
La integración escolar
surge de la necesidad de terminar con la dicotomía entre la educación General y
la Educación Especial. Unifica ambos tipos de aprendizaje para ofrecer los
servicios que necesitan los estudiantes de acuerdo a sus necesidades.
Busca que los niños que
han estado escolarizados fuera de los
centros educativos ordinarios puedan recibir la educación en ellos. Además, ofrece
las mejores condiciones para el máximo desarrollo de sus capacidades, poniendo
a su alcance los mismos beneficios y oportunidades que el resto de la población
(Borsani y Gallicchio, citando a Zega, 1994).
Así, requiere que el
Centro Educativo sea capaz de realizar un programa individualizado para los
alumnos excepcionales que les permita la integración tanto en el ámbito
académico como social y temporal que ellos requieren.
Busca que estos alumnos
tengan experiencias lo más similares posible a las que tienen otros niños de su
edad y que puedan formar parte de la comunidad en la que residen.
Para los niños con alguna discapacidad, ir a la escuela con los otros niños tiene la ventaja de que les permite adquirir los mismos valores y actitudes y parte de los conocimientos y habilidades que el resto de sus coetáneos. Esto fomenta la integración social, ya que al ser la escuela por naturaleza un ente socializador, es decir enseña a ser en sociedad, promueve valores y destrezas que permiten la convivencia social. “El proyecto de integración a Rodolfo a la escuela común le permitió acceder al mundo de la cultura en el mismo plano que sus compañeros que no presentaban dificultad para el aprendizaje pedagógico” (Borsani y Gallicchio, 2000, p 97).
2.4 Escuela inclusiva
Un proceso de incremento de la participación de los
alumnos en las culturas, currículos y comunidades de sus escuelas locales y de
reducción de su exclusión de los mismos, sin olvidar, por supuesto, que la
educación abarca muchos procesos que se desarrollan fuera de las escuelas (p.
293-294).
Así, vemos que la
inclusión va más allá de una integración al espacio físico, significa una
participación efectiva en el sistema escolar, que le proporcione al alumno la
educación diferenciada que necesita, utilizando las adaptaciones y medios
necesarios. Parte de reconocer la diversidad, valorizar las diferencias
humanas, aceptarlas dentro de un contexto social que puede
Ser educado en una
escuela inclusiva es un derecho de todos los estudiantes, no sólo de los que
tienen Necesidades Educativas Especiales.
No se admite que un
alumno sea separado en tiempo o espacio en ningún momento, pues esto tiene un
carácter excluyente.
Para Borsani y
Gallicchio (2000), una escuela para que sea inclusiva debe “tener deseo de
participar en el proyecto y posibilidad de sostenerlo porque cuenta con
docentes interesados y con grupos escolares que puedan enriquecerse y
enriquecer al niño ingresante ” (2000, p 36). Para estas autoras la inclusión depende de los
Currículos flexibles, la Capacitación del docente y el personal de apoyo
especializado.
2.5 Exclusión de los estudiantes con necesidades educativas especiales
Según Escudero (2005), históricamente
la Escuela no ha podido contrarrestar las desigualdades sociales, reflejándose
estas en el sistema educativo. Según este autor, a pesar de que en la
actualidad se han hecho grandes avances para democratizar el conocimiento, se
dan profundas contradicciones debido a la desigualdad que existe tanto a nivel
general como educativo.
A los sujetos y colectivos que son privados o
marginados del acceso y disfrute de bienes y recursos esenciales para vivir con
dignidad y autonomía, la exclusión los separa de la pertenencia efectiva a la
sociedad. Los etiqueta con estigmas que minan tanto su identidad personal como
sus posibilidades y capacidades de participar activamente en los diversos
órdenes de la vida social. Y esa misma marginación de derechos fundamentales
termina por socavar, en ocasiones, la asimilación y el ejercicio de aquellos deberes
y valores que todas las personas hemos de cumplir para vivir con los demás en
democracia, con sentido de pertenencia, afiliación y responsabilidad. (Escudero,
2005, p 3).
Así, para este autor, la
privación del derecho a la educación va en contra de los derechos de los
individuos y produce problemas sociales, además de ser éticamente reprobable. En base a estos razonamientos, podemos
concluir que la exclusión de los niños con Necesidades Educativas Especiales va
en contra de la democratización de la educación y de los principios básicos de
igualdad que promueven las leyes costarricenses. Además, perjudican a las
personas pues no sólo se irrespetan sus derechos, sino que se las deja en un
estado de vulnerabilidad.
Para Borsani y
Gallicchio (2000), los alumnos ya sea con discapacidades o con Necesidades Educativas
enfrentan la exclusión de forma constante, encontrándose con escuelas que no
toleran la diferencia, ya que se enfocan
en el déficit y no en la diversidad. Estas
escuelas, además buscan que los niños se adapten al sistema, en lugar de
adaptar el sistema a los niños.
Dichas autoras indican
que en su experiencia han encontrado múltiples situaciones donde la institución
rechaza a estos estudiantes y crea para ellos un ambiente hostil o
simplemente no desea aceptarlos y
propone para ellos una escuela especial, en algunos casos aduciendo que retrasa
el trabajo de los otros, que perturba la dinámica grupal, molesta a los
compañeros o que han recibido quejas de los padres de éstos últimos. Presentan el
siguiente ejemplo de un comentario de una docente,
Les aclaró que no estaba dispuesta a recibir a
Rodolfo en su clase al día siguiente porque era revoltoso e indisciplinado...
que sus compañeros le festejaban las bromas pero en realidad era un mal
ejemplo, que en sus veinticinco años de docencia había visto otros chicos así y
que todos habían fracasado. Sugirió una escuela especial (Borsani y Gallicchio, 2000, p 92).
En estos casos tanto
las docentes como la misma institución transmite con su accionar la
discriminación y el rechazo a la diferencia.
Conclusiones
A partir de la revisión bibliográfica para la formulación de
conceptos Evaluación Diagnóstica y sobre Educación Especial se desprenden las siguientes
conclusiones:
- Todo programa educativo debe partir de un diagnóstico serio de las características del estudiante para conocer las capacidades, habilidades, destrezas y necesidades.
- El diagnóstico permite analizar si el programa educativo requiere ajustes, revisar los contenidos y tomar medidas para que se cumplan los objetivos.
- Los alumnos con dificultades no tienen que adaptarse o conformarse a lo que pueda ofrecerles la enseñanza planificada para la mayoría del alumnado, sino que la enseñanza debe adecuar su metodología para permitir a cada alumno progresar en función de sus necesidades
- A pesar de los cambios en la legislación, se mantienen resabios de discriminación en las acciones y actitudes de las personas, entre ellos muchos docentes que refuerzan estereotipos y perpetúan la discriminación, transmitiendo un currículo oculto de discriminación y exclusión de los estudiantes con Necesidades Educativas Especiales.
- El docente como motor del proceso educativo influye de manera positiva o negativa en el proyecto de inclusión educativa dependiendo de la forma en que afronte este reto
- Toda educación debe ayudar al niño a descubrir sus potencialidades, destrezas y habilidades, nunca debe transgredir los derechos de las personas como sucede en el caso de excluir a un niño de la escuela y negarle la educación.
- No solo el niño con necesidades especiales se beneficia con la inclusión, también el grupo aprende la tolerancia y el respeto por la diversidad. Una educación inclusiva y equitativa origina una sociedad más justa, pluralista y sana. Al promover la calidad humana y la conciencia social de cada individuo, se promueve el perfeccionamiento del grupo.
- La escuela debe comprender las diferencias existentes entre los alumnos, y tener en cuenta que los ritmos de aprendizaje son distintos, por lo que hay que considerar a cada alumno en su nivel de desarrollo y maduración.
- En todo el proceso de inclusión educativa es indispensable el apoyo de la familia. Los docentes, educadores especiales y profesionales de apoyo deben trabajar en conjunto para evitar el fracaso escolar.
- La integración es una práctica potencialmente transformadora de la escuela, pues para realizarla debe de eliminar desde la base la discriminación y cambiar su concepción de ser humano por una más integral y dinámica.
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